Son solo 8 kilómetros pero en esta época del año y con un montón de agua proveniente de las ultimas lluvias, la senda esta preciosa.
Nos dejamos llevar por el impresionante ruido del río (como he dicho esta crecido) y con los colores del otoño y en un momento nos plantamos en mitad del bosque. Un par de kilómetros mas adelante ya se complica un poco la senda y tenemos que atravesar riachuelos y algún que otro árbol caído.
Cerca de la cascada ya se complica un poco mas cruzar el río, pero la recompensa merece la pena.
Por fin llegamos a la base de la cascada y que en este caso baja con bastante caudal de agua lo que nos supone, que por una parte nos vamos a mojar un poco y por otra el espectáculo es impresionante.
Ya solo nos queda volver sobre nuestros pasos y regresar al coche, eso si viendo algunos puntos que a la subida se nos habían pasado por alto.