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sábado, 26 de noviembre de 2016

Riocorvo - Bostronizo - Los corrales de Buelna


Esta vez la ruta es por una zona desconocida totalmente. Una vuelta por el monte tejas para poder ver los colores del otoño.
Como es un monte relativamente pequeño, alargamos la ruta por Bostronizo.

Pues bien, partiendo desde Riocorvo, cogemos el carril bici que nos lleva hasta los Corrales de Buelna para ir entrando en calor y  ritmo sin ningún esfuerzo añadido. El viento sopla muy fuerte y se nos cruzan innumerables hojas que se nos meten entre los radios de la bici pero sin ninguna consecuencia.

Callejeamos por todo los Corrales de Buelna hasta llegar al barrio San Andrés. 

Ponemos piñón grande y plato pequeño por que empiezan las duras rampas de hormigón que nos llevarán camino de Bostronizo. Paralelos al canal de las tejeras seguimos ascendiendo hasta llegar a un cruce donde nos desviaremos a la derecha para bajar hasta la Ermita de San Roman de Moroso


Nos hacemos las típicas fotos y continuamos. El bosque que nos rodea ha perdido mas hojas de las que pensábamos y aunque tiene el típico color otoñal, no nos parece que esta espectacular. 

La conclusión que sacamos es que hemos llegado un poco tarde para ver el otoño en su plenitud. Aun así el camino sigue siendo bonito.

Ascendemos lentamente hasta la localidad de Bostronizo. El humo de las chimeneas provoca un olor que solo se puede respirar en estas localidades apartadas. La paz y la tranquilidad que se disfruta es inenarrable. 

Ahora tenemos que hacer una ascensión fuera de pista que seguramente nos obligue que subir andando, pero de todas formas lo intentaremos. A media cuesta vemos que nos resulta muy dificultoso y decidimos subir andando. 

El viento sopla de costado y es bastante fresco, pues proviene de los picos nevados que tenemos mas o menos cerca.

Hemos coronado un pequeño pico y nos tomamos un respiro al abrigo de un pequeño aljibe, pero todavía nos queda subida. Vamos cresteando entre los limites del municipio de Anievas y Arenas de Iguña. A nuestra derecha tenemos los pueblos de Barriopalacio, Cotillo y Villasuso. A nuestra izquierda Somahoz, los Corrales y a nuestra espalda a lo lejos dejamos Arenas de Iguña, las Fraguas y Molledo entre otros.


Seguimos cresteando por la zona de campuzo de los prados, bordeamos La lomba hasta llegar a nuestra cima  en la Garmia con sus 760 metros de altura.

Ahora si que tenemos buenas vistas, pero todavía nos quedan bastante kilómetros de ruta y debemos continuar.

Vamos camino del monte tejas. El descenso al principio es por pradera  para mas tarde pasar a una pista un poco rota y al final disfrutar una bajada con una pista en inmejorables condiciones.

Nos acercamos hasta la cueva  de Hornos de la Peña solo por curiosidad y volvemos a retroceder para hacer el cordel del Monte tejas.

La subida es muy cómoda y vamos observando todo el bosque que nos rodea. De momento es una ruta preciosa.


Continuamos por la zona de El Espin hasta la Barbecha. Tenemos justo enfrente todo el monte Dobra.

Continuamos. Estamos a punto de terminar nuestra ruta. Solo nos queda visitar el Arbol singular del barrio de la Encina y la torre medieval de Sovilla.

Justo a la salida de un bosque de eucaliptos y pasando por delante una casa ocurre lo que no debería pasar. Salen unos perros del corral de dicha casa con la mala suerte de que uno de ellos me muerde en la pierna izquierda. Ya esta liada. 

Afortunadamente parece que la herida es leve pero unos rasguños con un poco de sangre me obligan a acudir al Centro de Salud mas cercano para que me lo revise un profesional.

Claro esta que ni vistamos el árbol ni la torre ni nada que se le parezca ya que ahora lo prioritario es la salud. Así que pasamos a toda prisa por Sovilla, Las Caldas del Besaya, Riocorvo y ya estamos otra vez en el coche.


En fin. Quitando este incidente el resto de la RUTA es preciosa.